Estaba pasando unos días en mi ciudad natal, Zaragoza, hacia finales de agosto y volviendo a casa a comer sobre las 2 de la tarde de un día caluroso de verano, vi en el escaparate de una tienda el anuncio siguiente: “Hay lotería de Navidad“. “No me jodas“, me dije a mí mismo, “ya empezamos con esta tabarra“. No me dejan tranquilo ni siquiera en ese día de vacaciones veraniegas en el que yo volvía tranquilamente hacia mi casa después de haber tomado un baño en la piscina. Me sentía bien, llevaba el pelo todavía mojado y, a pesar del calor, sentía un cierto frescor en el cuerpo. No había apenas gente por la calle e iba pensando en la ensalada fresca que me iba a comer. ¡A quién se le habría ocurrido comenzar la Navidad en verano y vendiendo lotería!.
Sí, hay gente así, enferma, perturbada y que perturba el sosiego de los demás. Era como el pistoletazo de salida anticipado de un período que intranquiliza a mucha gente. Porque la Navidad y todo lo que lleva consigo se ha extendido como una mancha siniestra que va invadiendo todo el planeta.
Tendré que comprar lotería de Navidad, porque… ¿y si no compro y toca?. Ese maldito número, el 54327, se había grabado en mi mente. La tienda, una fontanería, estaba cerrada a esas horas. Evidentemente, este aparentemente banal incidente desestabilizó mi comida, porque ese anuncio representaba el espejismo de la Navidad en verano. Como persona de fuertes convicciones, los días siguientes, cuando pasé por delante de ese escaparate hice caso omiso de ese número de la suerte y no compré.
Podían dejarnos tranquilos el resto del año. Pero, no, no puede ser. En Navidad quieren que seamos ricos, que comamos y bebamos bien, que seamos felices y, sobre todo, que lo aparentemos. Y tenemos que comprar cosas, muchas cosas y regalar, incluso a nuestros enemigos. Y comer y beber mejor y más de lo habitual. Y ser felices, por obligación. Y todo esto, ¿por qué?. ¿Por tradición?. ¿Porque nos lo dice todo el mundo y nosotros lo seguimos?. En realidad no lo sabemos, pero y… ¿si no compro y toca? y… ¿si no soy “feliz”?.
¿Seguimos alguna tradición o seguimos al rodillo consumista que nos aplasta?. La gente, en general, ¿sabe lo que se celebra?. Seguramente Jesucristo ni siquiera nació el 25 de Diciembre según nuestro calendario. ¿Qué hacemos durante todo ese período de exuberancia consumista?. ¿Y si no tienes familia?. ¿Y si eres pobre o estás en paro y no puedes comprar todas esas cosas que la publicidad y la propia sociedad te obliga a comprar?.
¿Y si no tienes nadie a quién regalar?.¡Vaya putada, colega!.
Porque esta sociedad no deja muchas alternativas. No hay resquicios para ser feliz a tu manera. O eres “feliz” como te decimos o te vas a joder un montón, amigo. Es muy difícil que los que son diferentes se unan entre ellos para promover la salud y el bienestar haciendo una vida natural, sosegada, serena y no guiada por unas inquietudes que nos han impuesto.
Y la verdad es que tampoco somos de verdad muy generosos en estos días de Navidad. Normalmente la gente te dice:¡Feliz Navidad!, como si te quitase de delante, pero sin preocuparse realmente de como la vas a pasar y si vas a ser feliz. Os han dicho alguna vez, ¿qué vas a hacer para Navidad?, ¿la quieres pasar conmigo?, te invito a pasarla conmigo. No, la Navidad no es cosa de amigos, es cosa de familia y no puede ser de otra manera.
A veces cuando me dicen “¡Feliz Navidad” estoy tentado en responder: “Y tú más“. ¡Que no quiero ser “feliz”!. Pero no, no se puede hacer eso porque sacarías a la otra persona de su felicidad de plástico y quizás le conducirías hacia un diálogo áspero en el que acabaría reflexionando, haciéndose preguntas y le crearías una gran inquietud.
Pero, ¿existen otros mundos?. Hay lugares de vida alternativa en España, en los que se pretende una vuelta al campo, a la vida rural y natural, donde se suele ser vegetariano y hay terapias alternativas. Sitios en los que se busca parar y bajarse de esta vida que llevamos en los centros urbanos, reducir la velocidad y buscar otros valores dentro de un entorno que incita a la calma y al encuentro consigo mismo y con los demás que están a tu lado.
Pero, incluso si llamáis en estas fechas a la puerta de alguno de estos centros para pasar la temporada próxima allí, os responderán extrañados: “No, no podemos recibirte en estas fechas. Cerramos en Navidad“. Alternativos y generosos casi todo el año, pero no en Navidad.
¡Sed felices, incluso en Navidad!
Joaquin Vidaller
Una respuesta a ¡Sea feliz, por favor!. ¡No desentone!.