Espacios infinitos. Carreteras interminables. Minas de diamantes.
Dunas del desierto que se funden con el mar.
Playas eternas. Pumba del Rey Leon en vivo y en directo .
Minas de sal.
Cebras trotando al borde de la carretera al amanecer.
Largas carreteras solitarias con paisajes que cambian constantemente.
Tal vez las mejores ostras del mundo
Ríos sin agua. Ríos que de pronto se llenan inesperadamente. Arboles en el desierto. Espejismos.
Conducir 300 km en la nada, sin ver otro coche. Gasolinera en medio del desierto (donde te puedes comer un pastel de manzana :-)).
Cientos de flamencos en lagunas rosas.
Minas de uranio. Melones que crecen en medio del desierto. Ríos bajo el desierto. Minas de zinc.
Acacias, acacias, acacias.
Desierto rojo. Textiles maravillosos. Lluvia en el desierto.
Té roiboos. Kudus. Oryx. Lodges mágicos en medio de la nada.
Organización alemana.
Imágenes y sensaciones alucinantes que se recuerdan siempre….
Es imposible transmitiros las sensaciones de este viaje en un par de posts, pero aquí os dejo algunos de los mejores momentos:
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P:D: Mil gracias a Lucía y a Alejandro y a sus niñas por habernos inspirado a hacer este viaje increíble y por habernos tratado tan bien
2 respuestas a Namibia infinita (parte I)