Mi mejor plan para mis vacaciones veraniegas es no hacer NADA.

Nada, para levantarme a la hora que me pida el cuerpo y “hacer pereza” sin que ninguna obligación me espere.

Nada, para salir a la calle a pasear sin rumbo fijo.

 

 

gran-via-Nada, para entrar a un café y tomarme un té mientras miro al infinito.

Nada, para seguir en ese café y ver la gente pasar.

Nada, para tomarme mi tostada con jamón favorita.

 

desayuno

 

Nada, para subirme a la azotea del Círculo de Bellas Artes y observar todo Madrid.

Nada, para ir al cine a una sesión a la que normalmente no pueda ir.

Nada, para tumbarme en mi sofá y dejar que el tiempo pase.

sofa

 

Nada, para escuchar vinilos con los ojos cerrados.

Nada, para poder ir a esa exposición de fotografía que hacía tiempo que deseaba visitar.

 

expo fotos

 

Nada, para pasarme un día sin encender el móvil.

Nada, para coger un libro y no dejarlo en horas.

 

cafe te

 

Nada, para escuchar a mi vecino sin estar pensando al mismo tiempo en la prisa que tengo.

Nada, para pasear por El Retiro mientras que observo a los niños patinar y a los abuelos pasear.

 

retiro

Nada, para volver a casa andando en lugar de en autobús.

Nada, para coger el coche un día de diario y encontrarme con la tranquilidad de algún pueblo.

 

pueblo

 

Nada, nada, nada. 

Ahora que me doy cuenta…¡qué de cosas quiero hacer estas vacaciones!

 

F. Sacristán