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No podía exponer en otro sitio que en La ciudad invisible, porque si algo caracteriza a esta ilustradora es que es de las pocas almas libres que conozco. Es dueña de su tiempo y no al revés. 

Expone a lo largo del mes de abril en este lugar mágico de Madrid. Un lugar donde desconectar del estrés y disfrutar de un rato para ti, para un café con tus amigos o para consultar la gran variedad de libros de viajes que tienen.

Martutxa Casares, a pesar de su juventud (nació en 1985), tiene una larga trayectoria creativa. La inspiración la encuentra sobre todo en Altea, a donde hace sus pequeñas escapadas y donde todos los que la conocemos sabemos que se siente como pájaro en el aire, libre.

Puntos de sutura‘ es el nombre de su exposición. Como ella misma cuenta: “hay libros que se te agarran por dentro. Libros que crean un mundo paralelo e imaginario que te acompañará para siempre. Yo, a estos pequeños huecos los llamo puntos de sutura”. En palabras de Martutxa sus obras para esta exposición reflejan “esos puntos de sutura, pequeñas heridas cerradas a las que vuelvo una y otra vez. Llevan tanto conmigo que ya no encuentro las diferencias entre lo que aportan ellas a mi trabajo y lo que es enteramente mío“. 

Cuando lee suele subrayar las partes con las que se siente identificada o que le hacen sentir algo nuevo o desconocido. Libros como Rayuela, La insoportable levedad del ser, Tokio Blues y otros que quiero que descubráis cuando vayáis a La ciudad invisible, son el punto de partida de lo que os encontraréis en esta exposición. De hecho, en cada ilustración hay referencias claras en forma de palabras a sus libros favoritos.

Cada exposición que disfruto de ella es distinta a las anteriores, y aún así cada trabajo que termina tiene su sello de identidad. Siempre que me he encontrado disfrutando de una obra de arte, me he preguntado si el artista tiene ya en mente lo que va a pintar cuando se enfrenta a un papel en blanco. O si en ocasiones su obra es el resultado de dejar que el pincel/lápiz siga la dirección que en ese momento le pide su mente sin más; sin saber muy bien el resultado final. Cuando se lo comenté a Martutxa me explicó: “en mi caso nunca sé como va a terminar. Me dejo llevar. A veces tengo una idea pero no exacta, por lo que se materializa como ella quiere en el papel. No hago un estudio previo en el cerebro. Sólo visualizo una idea clara si es diseño gráfico, con la ilustración nunca“.

Lo interesante de esta última exposición ha sido descubrir, a la vez, ese espacio en mitad del bullicio del centro Madrid llamado La ciudad invisible. Se encuentra en la Calle Costanilla de los Angeles 7. Es un café-librería de viajes en el que desde el primer momento que accedes, dejas fuera las prisas inconscientes que casi todos llevamos, para disfrutar de un rato en el que el reloj detiene tu propio tiempo. Siempre encuentras gente agradable a la que pedirle un café, tés, licores…O si tienes hambre hay ensaladas, tostas, tapas del mundo…Además es un buen lugar para organizar viajes, ya que disponen de una gran variedad de guías que puedes consultar, tomar prestadas e incluso comprar. Todo ello con una filosofía basada en que las cosas pueden ser de otra manera y que la suma de pequeños gestos nos lleva al cambio, apostando por una actitud ecológica que demuestran en cada acción que desarrollan.

Martutxa Casares y La ciudad invisible son, por lo tanto, la combinación perfecta para vivir una experiencia distinta que te aparte de la rutina por un instante. No hace falta deciros que todo el trabajo expuesto está disponible para que pase a formar parte de tu vida, ya sea los propios originales o como reproducciones en láminas firmadas y numeradas. También podéis seguir disfrutándola en facebook, en instagram como Martutxa o en su página web.

Recordad que expone en el café-librería La ciudad invisible hasta el 28 de abril.

Fernando Sacristán.

Martutxa Casares

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