Pero, ¿por qué cada vez que vengo a Guatemala me sorprende un volcán en erupción?’ –

Angelina me mira con cara de preocupación pero acaba estallando en una carcajada. Angelina es una vieja amiga guatemalteca desde mi primer trabajo, hace ya muchos años aquí en Guatemala.

-‘No tiene ninguna gracia, Angelina. La última vez que vine fue hace 12 años y ahí estaba el volcán Pacaya, en las afueras de Ciudad de Guatemala, haciendo de las suyas’-.

Ella sigue riendo – ‘pues en esa época parecías mucho más contento Pedro. Claro que el volcán te pilló besando a tu primer amor a pocos kilómetros de distancia’-

-‘Ya. No me lo recuerdes. Todos mis amigos en Europa se siguen riendo de esa historia. La estampa es tan topicazo que parece irreal y piensan que me la inventé. Pues el volcán chisporroteaba en plena noche y ¡tú puedes corroborarlo!. –

Volcan Antigua

-‘Sí, pero ahora estamos más cerca incluso y en lugar de lava estamos en plena nube de polvo y arena; mira cómo tengo mi pelo’-.

Angelina deja de reírse, nos ha entrado la tos. Estamos en la calle, completamente cubiertos de cenizas volcánicas, la ropa blanca y la cabeza llena de un polvo denso. Hemos tenido que resguardarnos en una taberna; no se podía respirar ni caminar por la calle. Toda la ciudad de La Antigua, vieja capital de Guatemala, destruida varias veces por este volcán, fruto de terremotos, conquistadores y regentes, está cubierta de una insólita nevada de cenizas y grava fina.

El volcán de Fuego está a apenas 20 kilómetros de La Antigua. Es uno de los volcanes más impresionantes de Centroamérica. Desde cualquier lugar del centro de la ciudad se puede ver la poderosa columna de humo y cenizas ascendiendo con una majestuosidad estupefaciente. Sus erupciones son violentas.Volcan de fFego

‘Probablemente es el volcán más activo desde la conquista. Incluso se dice que el conquistador Don Pedro de Alvarado pudo verlo en erupción allá por el año 1524. El volcán de Fuego forma una tríada de colosos con los volcanes de Agua y Acatenango, que están próximos a su base’– Angelina conoce bien su país y su historia.

-‘O sea, que estos tres cíclopes se han encargado de barrer, arrasar y redefinir ciudades y parajes a su alrededor desde tiempos geológicos’ – añado yo, también muy redicho.

¿’Tiempos geológicos’, Pedro?. Pues yo creo que los tiempos se miden por tus visitas a nuestro país!– me espeta mi amiga y se queda tan fresca-.

Si logramos salir de este atolladero y consigo volar a Europa ¡informaré al Centro Geológico Nacional sobre cada una de mis visitas!-.

Mascaras conquistadores

-‘Esto es bastante habitual, Pedro. Aunque ha habido momentos bastante peores. Son muy recordados los terremotos de San Miguel de 1717 en La Antigua. Los vecinos de la ciudad pidieron auxilio al Santo Cristo de la catedral y a la Virgen del Socorro que eran los patronos jurados contra el fuego del volcán. Esos días salió la Virgen del Rosario en procesión después de un siglo sin salir y hubo muchas más procesiones de santos. Una noche siguieron los temblores y retumbos hasta la cuatro de la mañana. Los vecinos salieron a la calle y a gritos confesaban sus pecados, pensando lo peor’.

– ¿Estás intentando hacerme sentir mejor? .¡Creo que no lo estás logrando!-.

En el hotel nos dieron unas mascarillas y nos tapamos la cabeza con pañuelos. Una vez que la lluvia de cenizas se hizo más fina estuvimos visitando las iglesias principales de La Antigua en un parsimonioso y silencioso paseo.La Antigua

Pasear por La Antigua es una sensación profundamente agradable. El aire es fresco por la altitud y los colores son fuertes, con miles de flores que contrastan con las montañas volcánicas alrededor. Toda la ciudad es una perfecta y planificada cuadrícula con perspectivas que escapan a la mirada dando sensación de libertad. Toda Antigua es una ciudad museo, una joya artística: cientos de edificios de rica arquitectura, muchos abandonados desde el siglo pasado por los terremotos, restos de historia flameante y abandonos repentinos. Hay iglesias semiderruidas abarrotadas de coloridos santos ataviados al modo guatemalteco. Muchos tienen rasgos indígenas. Palacios y conventos han sido transformados en exquisitos hoteles de lujo. Las antiguas galerías donde los monjes meditaban solitarios ahora son espacios de arte contemporáneo, con música lounge y alta sociedad local vestida de alto copete.Mercado

A pesar del polvo que llueve, los colores te inundan la mirada en esta ciudad y los olores a café y cacao tostándose te invaden. Los frutos exóticos del mercado de abastos colman el aire dulce bajo los toldos y chamizos. Los niños, suspendidos y pegados a sus madres por coloridos tejidos indígenas, tienen tez morena y cara de luna con sonrisas inocentes y radiantes. Todo el mundo sonríe en La Antigua. Todo el mundo tiene el verbo amable y pausado, a pesar de la que está cayendo desde el cielo. Los antigüeños han nacido y aprendido a vivir con el volcán, que se erige altivo y dominante ante la ciudad.

Seguía tronando y la tierra estremeciéndose… ¡como yo con cada fragor!. Creo que de alguna manera podía imaginar lo que sintieron los habitantes de la ciudad en1717 cuando el volcán escupía lava con vehemencia sobrenatural. Han anunciado el cierre del espacio aéreo por tiempo indefinido. Todos los vuelos están suspendidos hasta nueva orden (tengo que llamar a la bloguera directora, que ya debe estar preocupándose por mí una vez más).

Ceniza aeropuerto

No sé cuándo podré dejar Guatemala, no tengo prisa. Como tampoco sé por qué pude dejar aquel amor torpe y primerizo, que surgió aquí junto al volcán y que dejé precipitadamente, temeroso e inexperto. Muchas veces me he preguntado cómo podría volver a su encuentro y si recordaría aquella historia como la recuerdo yo. Estoy convencido de que los cíclopes volcánicos de este país que se han encargado de arrasar y crear civilizaciones a su alrededor desde tiempos geológicos, también se encargarán de forjar nuestro reencuentro en algún tiempo humano.

Será, ciertamente, a los pies de este volcán.

Cuaderno de lugares imposibles de Pedro Edwards 

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