No he hecho ningún estudio científico al respecto, pero siempre he tenido la sensación de que en Guatemala, el ratio de grandes escritores per cápita es superior al de otros países. También creo que ocurre lo mismo con el ratio de artistas con talento. Y con el de músicos. Pero en este post vamos a hablar de escritores. Concretamente de uno. Hace tiempo que tenía pendiente un post sobre uno de mis escritores favoritos, el guatemalteco Javier Payeras.
Conocí a Javier hace muchísimos años en mi primer destino como funcionaria internacional. Ese destino fue Guatemala. Un país que hasta ese momento jamás había cruzado mi mente y al que llegué inesperadamente por carambolas que tiene el destino. Un país difícil, complejo, peligroso, lleno de contradicciones y fracturas. Pero a la vez fascinante y bello. Que se convirtió en uno de los destinos que recuerdo con más cariño, tal vez por ser el primero y por ser una época de vivencias muy intensas. Esa época en la que uno empieza a dejar de ser joven pero en la que todos los caminos y posibilidades de la vida están aún abiertos.
Javier Payeras y sus libros van indisolublemente unidos en mi recuerdo a una época de mi vida despreocupada y absolutamente intensa, quizás la más intensa que he vivido. Después, sus libros siempre me han acompañado en mis múltiples mudanzas. Los he leído y releído. Desde la distancia he visto como se ha ido consolidando su carrera de escritor. Me atrevería a decir que se ha convertido en uno de los intelectuales más destacados del panorama centroamericano.
Me gusta como lo define otro escritor, Pep Barcárcel, en su blog. Creo que expresa bien lo que yo, humilde bloguera, hubiera querido decir. “Sus libros son minimalistas, llenos de poesía escondida en novelas“.”Es como una pintura hecha a base de palabras”. Pues sí. Cuando los poetas escriben en prosa salen unas novelas muy especiales. Libros de anti-héroes urbanos, muy influenciados por la situación política y social de Guatemala.
Aún recuerdo una vez que asistí a un curso que dio sobre literatura en un espacio que se llamaba Colloquia. Pocas veces he visto a alguien que supiera tanto de literatura y que hablara de ello con tanta pasión. También recuerdo conversaciones con él y con su mujer. Recuerdo presentaciones de sus libros, inauguraciones de exposiciones de arte, copas en el centro histórico de Ciudad de Guatemala en bares de esplendor decadente, reuniones de artistas, películas…Recuerdo un Mitsubishi Colt destartalado blanco que yo tenía entonces. Recuerdo la valentía y la inconsciencia de la juventud.
Os recomiendo el blog de Javier, su columna semanal en prensa “El intruso” y cualquiera de sus libros.
P.D Le hemos pedido a Javier que nos hable de sus cosas 10. Lo hará en nuestro próximo post.
2 respuestas a Javier Payeras / Cuando los poetas escriben en prosa