Ya os he contado que tengo un pueblo en mi vida.
Es paradójico, porque aunque me considero eminentemente urbana y disfruto mucho de todo lo que te ofrece la ciudad, me encanta ir al pueblo. Cada vez me gusta más ir para desconectar de todo. Estas Navidades las pasamos allí. Me encanta esa sensación de no tener que hacer nada. No tener obligaciones, ni listas. Yo soy muy de hacer listas. A veces siento que mi vida es una lista interminable de cosas que hacer (tipo piedra de Sísifo) a la que cuando parece que llegas al final, se empiezan a añadir nuevas tareas.
En el pueblo me encanta esa sensación de desconexión. Además es desconexión literal porque no tenemos televisión ni internet. La cuestión del internet ha sido un tema de encendido debate con mi marido. Yo lo tenía claro. “No nos vamos a ir al pueblo a estar pegados al facebook.”- le decía. El no lo tenía tan claro y quería poner al menos televisión. Al final se acordó que llevaríamos un ordenador y películas para poder verlas por la noche o si llovía. No habría tele ni wifi. Solo acceso ocasional a internet en el bar del pueblo en caso de “fuerza mayor”.
Así que todos, incluído mi hijo, nos ponemos en “modo pueblo” y nos olvidamos de la tecnología por unos días. Parece imposible, pero es increíble lo rápido que se acostumbra uno. Se vuelven a hacer esas cosas que antes eran habituales en las familias: largas sobremesas, largas conversaciones, jugar a las cartas, leer o incluso escuchar la radio. ¡Cada vez me gusta más escuchar la radio!. Es curioso porque recuerdo a mi madre o a mi padre siempre con la radio encendida y ahora soy yo la que la escucho. Hacemos excusiones, el niño corretea de aquí para allá, juega con sus amiguitos, juega en la huerta…En ningún momento ha pedido hacer uso de la reserva de DvDs.
No está bien que yo lo diga, teniendo un blog, pero siento que a veces la vida virtual nos quita tiempo de vivir la vida real. Me he dado cuenta de la cantidad de tiempo que el internet nos quita de hablar o de prestar atención a los que están a nuestro alrededores. Si es que en el pueblo hablamos mucho más entre nosotros ;-)…
Os lo recomiendo, permitiros algunos momentos de internet detox y veréis como lo disfrutáis
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