Una de nuestras más preciadas posesiones, de esas que salvaríamos si hubiera un incendio, es esta foto. Es del fotógrafo italiano Fabrizio La Torre.
Todo empezó hace unos años cuando nuestro vecino del piso de abajo nos metió un papelito por debajo de la puerta invitándonos a tomar algo a su casa. Desde ese momento nos ofreció su amistad y nos abrió las puertas de su casa y de su familia con una gran generosidad. Compartimos entre otras muchas cosas nuestra pasión por el arte.
Así fue como tuvimos el placer de conocer a su tío, Fabrizio La Torre, un fantástico fotógrafo italiano. Una personalidad fascinante y un gran humanista con una vida muy interesante en varios continentes. Nos enamorarnos de su trabajo casi al instante.
Hemos compartido con ellos muchos gratos momentos durante estos últimos años, incluída alguna Noche Vieja que hemos tenido que pasar solos en la oscura Bruselas. Y hemos sido testigos del proceso fascinante de creación de su fondo fotográfico; proceso durante el que se abrieron sus archivos, se restauraron negativos, se inventariaron fotos y se empezaron a exponer y a poner en contacto con el público.
Para nuestra gran tristeza Fabrizio La Torre se ha ido hace muy poco a los 93 años. Pero detrás deja una vida vivida con intensidad y la admiración y el cariño de los que le conocimos. Queda también para siempre su legado fotográfico.
Se acaba de inaugurar en Mónaco una gran retrospectiva suya. Este fin de semana iremos a verla con un gran grupo de amigos, en un viaje que promete. A la vuelta os contaremos más cosas sobre este fotógrafo y sobre lo que descubramos en nuestro viaje.
