Teverga el encanto de los lugares pequenos

Creo que las gentes del pueblo de Teverga en Asturias, se merecen un 10 por su aportación en el acto de entrega del premio de “Pueblo ejemplar 2013”, concedido por la Fundación Príncipe de Asturias, y entregado por los propios Príncipes el pasado 26 de Octubre.

Se merecen un 10 porque se han volcado en ese acto social que puede ser un revulsivo para el resurgir de un concejo vapuleado por el cierre de las minas de carbón en las década de los ochenta. Y que está buscando un camino hacia el progreso por la vía del turismo, ofreciendo gastronomía, paisajes envidiables, cuevas prehistóricas, sendas para caminantes que antes fueron caja del ferrocarril minero, trato afable y rincones para la meditación y el recreo.

Como viajero por más de treinta países, puedo confirmar que no sólo las grandes ciudades ofrecen posibilidades de diversión, oportunidades para la ampliación de conocimientos u ocasión para visitar museos. No solo ellas dan motivo para degustar otras costumbres culinarias, observar otros hábitos de convivencia, respirar otros vientos, sentir el horizonte rectilíneo de las playas, o el sonido arrogante de otras lenguas.

En pequeñas localidades se puede encontrar la fugacidad de lo reducido, la transcendencia de lo diminuto, el encanto de lo próximo, la serenidad de las montañas, el silencio de las noches, el gorjeo de las aves, el mugido de los rumiantes o el palmoteo de las ramas ante el céfiro otoñal.

Moverse por esas pequeñas localidades favorece la adaptación rápida a un medio desconocido, ofreciendo la ocasión de moverse con naturalidad y confianza, convirtiendo la estancia en un acto vital gratificante y enriquecedor. Y dando facilidad para hacer nuevas amistades  que nunca son caducas. 

José María Ruilópez 

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