malandraquiUna de las cosas que merecen la pena en la vida son aquellas situaciones que ocurren por casualidad.

No hace mucho, un amigo me mandó vía whatsapp una foto de una ilustración. Era de un amigo suyo. Eran las doce de la noche. El dibujo me despertó de ese sueño previo que estaba a punto de mandarme a la cama. Me dice que se hace llamar Malandraqui y me pasa el siguiente enlace: malandraqui.tumblr.com. Al entrar en esa página, el sueño desaparece. Veo una ilustración. Me gusta. Otra. También me gusta. Y otra. Todas me van gustando.

De repente se pone en mi camino la que hoy comparto con todos vosotros y que fue mía desde el momento en que la ví. Mandé un mensaje a mi amigo. Este al ilustrador. En menos de 10 minutos ya sabía que esa ilustración viajaría desde Sevilla a Madrid para pasar a formar parte de algún lugar (aún por decidir) de mi hogar. Son cosas que pasan sin quererlo, sin prepararlo. Sorpresas de la medianoche.

Días después quedé con mi amigo y tuve mi obra de arte en las manos. Era aún más bella en directo. Eso fue un jueves. El sábado estaba con mi amigo y el propio ilustrador de cañas por mi barrio de Madrid. Malandraqui me habló de sus dibujos. Una de las cosas que más me llamó la atención es que me contó que muchos de ellos los realiza en pocos minutos; mientras trabaja o mientras habla por teléfono. Eso es en parte la magia de sus trabajos. La espontaneidad en su realización. Su improvisación.

Tal vez no vuelva a coincidir con él, pero no importa. Disfruté del momento. Y sobre todo, el destino quiso que una de sus maravillosas ilustraciones acabase en mis manos.

También podéis visitarle su página de instagram.

Recordadlo. Se hace llamar Malandraqui. 

Fernando Sacristán