Hacía mucho tiempo que quería verle en concierto. Pero nunca conseguía cuadrar mis visitas a Madrid en el momento adecuado. Estas vacaciones, de casualidad, cuando estaba en Madrid vi desde el autobús un cartel que anunciaba su concierto dos días después. Tuve suerte de que aún quedaban entradas. Y terminé el año con uno de los momentos más 10 de todo mi año. Dicen que este violinista de origen armenio afincado en Madrid es uno de los mejores del mundo. Ver a Ara Malikian en acción es una experiencia inolvidable.

Estéticamente se puede decir que es el “anti-violinista”. Rompe totalmente con la imagen tradicional que uno tiene de un violinista y eso me encanta. Su pelo largo rizado tan característico que casi le tapa los ojos, sus múltiples tatuajes, miles de pulseras, su  dinamismo, no para un momento… Sale a escena con unos pantalones plateados y una levita  negra que es el único guiño al violinista de orquesta clásico.

Coge el violín, empieza a tocar y “arde” el escenario. Se crea la magia. Es indescriptible lo que transmite con ese violín. Es un poco una estrella del rock en versión violinista. Le acompaña su banda de rockeros con instrumentos clásicos, fantásticos músicos. IMPRESIONANTE.

Igual toca una canción de David Bowie que una pieza de Paganini, pasando por algo de Led Zeppelin o alguna de sus propias composiciones. Toca todos los palos, vamos. Llena absolutamente el escenario con su presencia. Corre por todas partes, salta, se arrodilla en el suelo, vibra, tiene un fuerza alucinante. Tiene un carisma fuera de lo común. Ha logrado “desencorsetar” el mundo del violín y acercarlo al público. Además es muy cercano, muy tierno, habla muchísimo y cuenta un montón de historias entre pieza y pieza. Si tenéis oportunidad de verlo no lo dudéis. También da conciertos para niños. Echarle un  ojo a este vídeo del concierto y veréis lo alucinante que es.

Que un tío tocando el violín sea capaz  de llenar un Palacio de Deportes en los tiempos que corren me devuelve un poco la confianza en el género humano ;-).

I. Miranda