Sed velientesComo estudiante de tercer año de literatura se me plantea como un reto enorme sentarme delante del ordenador a escribir sobre una sola cosa 10.

Podría entretenerme en contar como he intentado coger lápiz y papel para cuatro palabras más tarde dejarlo estar y pasarme al digital. O podría contar como tengo un dilema mental y millones de ideas que se acumulan en mi cabeza peleándose por ver cuál será la elegida sobre la que escribiré. Pero no haré eso.

Sobre lo que si hablaré es como a razón de todos estos dilemas me ha surgido uno nuevo; la idea de cómo podemos encontrar en este mundo algo que se ajuste a nosotros, a nuestras ideas, sentimientos, pensamientos.

Por ejemplo, ¿cómo podemos encontrar el libro perfecto entre las estanterías de las librerías?. Ese que nos hará sentir que todo está en su lugar en el mundo. O ¿cómo podemos encontrar esos pantalones que vamos a ponernos cada día que tengamos que hacer algo importante?. ¿Cómo vamos a encontrar ese postre que compraremos cada vez que necesitemos ser un poco más felices?.

La respuesta es sencilla: no se puede. Ninguna de las mejores cosas de la vida se encuentran buscándolas. Suena contradictorio, pero es así. Nadie encontrará al amor de su vida, su mejor amigo, su canción, su película… si se levantan y deciden que van a encontrarlo.

Algo que para mí se merece un 10 es el valor de las personas.

De aquellas personas que se despiertan y deciden que algún día actuarán en Broadway, personas cuyo deseo es desfilar para las mayores marcas del mundo o personas que creen que pueden ayudar a otros con sus palabras y escriben, o que se convierten en psicólogos, pedagogos o profesores. Merece un 10 aquella persona que observa lo que le rodea y no le gusta, ve la desigualdad y la injusticia y alza la voz.

Hay cosas más sencillas que también merecen un 10. El estudiante que se enfrenta a un examen que bien podría ser una metáfora de un barco en un temporal en medio del mar a punto de hundirse. Los niños y los adolescentes que se dan cuenta de que se han enamorado de sus mejores amigos, amigos que comparten su mismo sexo y que tienen que enfrentarse a ello y a aquellos que no lo comprenden.

Hay muchas formas de valor en este mundo, y todas y cada una de ellas merecen un 10. Por no dejar que las cosas nos determinen si son malas, o por vivir por y para ellas si son buenas.

Cristina Soto

20 años. Estudiante de Literatura. Barcelona.