IMG_1243No sé si os ha pasado alguna vez eso de ver a un niño pequeño que va con sus padres disfrazado de la cosa más estrambótica que os podáis imaginar (sin ser carnaval). Yo recuerdo una vez que fuimos de excursión y teníamos que atravesar un río casi desbordado. Había un niño que iba disfrazado de superhéroe (con capa y todo). El agua casi le llegada por la cintura, y él de superhéroe. Yo flipaba.

Antes, cuando yo veía una escena así siempre me hacía la misma reflexión/pregunta: “pero ¿cómo dejan salir a ese niño así a la calle?”.

Ingenua de mí. Desconocía el maravilloso mundo de los niños y de la maternidad.

Hace poco fuimos a uno de los museos más modernos y alternativos de la ciudad, donde va lo más bohemio de lo más bohemio, con el niño vestido de Superman. Sí, sí, de Superman. Yo que juré y perjuré que mi hijo no saldría disfrazado a la calle..:-)..

Pero reconozco que este disfraz/camiseta minimalista que me regaló mi cuñada es de lo más práctico. Se mete en la mochila, se pone encima de la ropa y luego se vuelve a guardar. Como hay crisis y no hay que derrochar se lo pongo para todo:  cumpleaños, fiestas de disfraces o Haloween en el cole. Si incluso duerme a  veces con el  disfraz… Está plenamente amortizado.

Mi hijo también sale con escudo y espada a pasear. La espada es su juguete favorito;  imagina que es un caballero o el gato con botas. Aunque ahora creo que está entrando en la etapa de Spiderman; incluso hace “zas, zas” con sus deditos y lanza telas de araña. Creo que ya es hora de comprar otro disfraz…

La madre (no) abnegada

Foto : Marco Campaña