No soy mucho de hacer manualidades. Creo que arrastro un trauma desde que nos mandaban hacer punto de cruz en el colegio :-). Así que no he sido (hasta ahora) de esas madres con paciencia que hacen manualidades chulas con sus hijos y las ponen en el blog. El componente artístico y manitas de la familia siempre ha sido mi marido. Pero hace poco, tuve una “revelación” en uno de los muchos cumpleaños a los que va mi hijo y que fue particularmente inspirador. Cuando llegué me encontré a los niños idílicos y tranquilos, sentados en la mesa de la cocina, corta que te corta y pegando papelitos de colores. ¡No hay nada como darle a un niño unas tijeras! – pensé.
Así que nada más salir del cumple corrimos a comprar un kit para hacerle un espacio creativo en su habitación. Como mi marido es artista mi hijo siempre ha pintado y dibujado en su taller, pero yo tenía en mente que tuviera su propio rincón creativo en la habitación. Ese día recibí el empujoncito que necesitaba. También me inspiró este post del blog Con botas de agua.
En el post podéis ver los imprescindibles de nuestro rincón creativo:
1) Letritas que se pegan (causan furor en el cole. Había un niño que las repartía y tenía a todos locos. Ahora hemos descubierto donde las venden!)
2) Tijeras (a parte de las normales son chulísimas unas estriadas para hacer dientes de monstruos)
3) Un cuaderno gordo para guardar de recuerdo algunos de sus dibujos y no tener todas las hojas por ahí desperdigadas
4) Rotuladores de colores gordos y finos y cartulinas de colores
5) Abalorios varios
7) Un espacio donde exponer sus “creaciones”
Aunque somos bastante minimalistas en el resto de la casa y no nos gusta tener trastos por ahí, la habitación del niño es su espacio donde puede hacer casi todo lo que quiere: inventar, construir, pegar cosas en puertas, paredes y suelo, hasta dibujar en las paredes (con moderación)… También cambia los muebles de sitio y los coloca en lugares raros (bueno, raros para un adulto). Siento que es bueno que tenga un espacio “sin normas” donde pueda hacer las cosas a su manera, ya que la mayor parte del tiempo le pedimos que las haga a nuestra manera de adultos.
Los niños tienen esa capacidad maravillosa de pensar siempre “fuera de la caja” (“out of the box”). No saben como “se tienen” que hacer las cosas así que las hacen de otra manera. Y esa maravillosa capacidad creativa hay que potenciarla y no dejar que desaparezca en nuestro mundo encorsetado.
PD Por cierto, ¿sabéis que aún existen los cuadernillos Rubio que teníamos de pequeños?¡Se han modernizado y están muy chulos!