la vie d´adèle

Adèle y Emma. Emma y Adèle.  Una adolescente y una estudiante de bellas artes. Se conocen, se enamoran locamente, se decepcionan, se separan,  se reecuentran.

Fui a ver esta película con muchísimas expectativas. Había leído que había ganado la palma de oro en Cannes, que A. Kechiche, el director, era un genio y la película una obra maestra. Cuando la estaba viendo, durante sus 3 horas, intentaba encontrarme en cada escena esa obra maestra. Al terminar de verla tenía sentimientos encontrados. No es bueno ir a ver una película con tantas expectativas. Creo que es mejor ir a verla sin leer antes las críticas. Para no tener miedo de formarte tu propia opinión.

Con el paso de los días me di cuenta de que la película no me había dejado indiferente. Había calado en mí su belleza estética y sus planos cortos. Habían calado en mí algunas  escenas: maravillosas, intensas, conmovedoras.  Especialmente la escena del reencuentro de Adèle y Emma al final. La película va ”in crescendo’ y esa escena hace aflorar de golpe un montón de sensaciones, que sin darse uno cuenta, van acumulándose durante la película.

Había calado  en mí, sobre todo, el personaje de Adèle. Adèle, mezcla de ternura y sensualidad, enamora a la cámara y enamora al espectador.

Luis Martínez, en “El Mundo” ha expresado muy bien lo que es esta película: “Pocas veces se ve con tanta precisión eso llamado amor”. Y yo añadiría:  y lo que hay después del amor.

I. Miranda