Desde que tengo uso de razón, una de mis mayores y primeras experiencias musicales ha sido la presencia de la Minogue en mi casa. Crecer con hermanos mayores que aman la moda hortera y la música ochentera hace estas cosas. A pesar de ello, 30 años más tarde, la protagonista de hoy sigue en el “candelabro” siendo protagonista destacada en la escena musical. Kylie, bien puede llegar a duras penas al 1.50 (hacía tiempo que a Pablo Motos no se le veía tan orgulloso de sacar una cabeza a alguno de sus invitados), pero musicalmente en un escenario ella es enorme.
El pasado día 13, tuve una cita ineludible con la pequeña diva. Confiaba que sería un espectáculo con clase, como ella, pero quizás sin la suficiente garra, teniendo en cuenta que Kiss me Once, su último álbum (siendo bastante decente), no llega a enganchar como el clásico Fever o el pegadizo Aphrodite. Pero claro, el tener 46 años y sabértelas todas desde hace tiempo es lo que tiene… sabe a quién, cómo y el qué tiene que cantar.
Básicamente el espectáculo vende erotismo, que no pornografía; hits (por fin una estrella que sabe aprovechar sus éxitos de toda la vida y no nos harta con canciones vacías para promocionar un disco sin éxito…¡aprende Madonna!); y la simpatía de una estrella que es humana. Kylie brilla tanto como cualquier otra y no hace payasadas (diferencia con la Perry). A pesar de que la comparen, ella no tiene necesidad de ganar ni de vender más; su carrera y su credibilidad están más que confirmadas.
Durante dos horas, Kylie no olvidó sus mayores hits (Can´t get you out of my head, All the lovers...), junto con bombazos incontestables (Spinning Around, Slow) y algunas de las canciones que se pueden calificar como horteras, pero necesarias en una mujer de su carrera, y con las que se crió este humilde bloguero (Got To be Certain, Locomotion, I should be so lucky).
Por todo ello: su carisma (tras sufrir cáncer de mama puso de moda hasta las mamografías en Australia,¡¡eso sólo es de grandes!!); su glamour (operarse hasta la saciedad a los 30 y dejar el paso de la naturaleza a los 40, nos hace adorarla mucho más); su estilo (ni viste como la Obregón, ni prendas imposibles que enseñen partes olvidables de su anatomía); su enorme corazón (solidaria y luchadora de derechos humanos); por sus ex noviosssssss (Velencoso, dejarla no se te puede perdonar); su impecable olfato musical (ser musa de rockeros como Nick Cave o Chris Martin no les ocurre a todas); e incluso protagonizar películas infumables (que gran papel el suyo en Street fighter); y sobre todo tener un lugar privilegiado en la cima/cúspide del pop, convierten a esta princesa imposible (título que rezaba uno de sus discos) en una de las divas más importantes del mundo de la música.
Entonces, ¿larga vida a la no reina? . Por supuesto que sí, porque es tan enorme como ella y en ocasiones con mucha más clase.
Fotos: propias salvo última de Fcb page de K. Minogue
PD. Comparto con vosotros un pequeño vídeo del concierto.