De nuevo viví una de esas experiencias que uno sabe que se quedarán para el recuerdo por mucho tiempo. Una vez más la Sala Tú fue testigo, no de un simple concierto, sino de un viaje hacia lo que llamamos “momento puntual de felicidad”. Ayer Juan Sinmiedo nos brindó la oportunidad de disfrutar de su voz, su compañía y de sus vivencias.
Hay que reconocer que la Sala Tu de teatro consigue, sin darnos cuenta, introducirnos en un ambiente acogedor e íntimo en el que sientes que las otras cincuenta personas que están en la sala forman parte de ti. En cierta manera se convierten en amigos durante el rato que pasas dentro.
Desde el primer momento en el que Juan salió a escena consiguió que cada uno de nosotros nos olvidásemos de todo aquello que habíamos dejado al otro lado del cristal que nos separaba de la calle Velarde. Esa ilusión que transmitía de estar ahí nos inundó de ganas de que comenzase ese viaje mágico por cada una de sus canciones.
Sin darnos cuenta, con sus relatos conseguía que fuésemos protagonistas directos de aquello que nos contaba. Él se declaraba fan incondicional de Federico García Lorca, pero en ese momento todos éramos fans incondicionales de su preciosa narrativa para compartir sus más íntimos sentimientos y de la poesía de sus maravillosas letras.
Compartió con nosotros varias canciones que formarían parte de un espectáculo en el que estaba trabajando en el conservatorio, donde imparte sus clases a niños que tendrán el privilegio de disfrutar de su docencia. Seguro que Juan será de esos profesores que esos niños llevarán de por vida en su memoria.
También tuvimos el privilegio de conocer canciones que formarán parte de su nuevo trabajo. Presentó lo que será su nuevo single Atracción gravitatoria, una absoluta delicia. Los que tenemos su anterior discografía, (que os recomiendo disfrutar), estamos deseando poder tener en nuestras manos su nuevo trabajo.
No sólo fue un recital. Juan se abrió en canal y compartió con nosotros ese momento de inflexión que está viviendo y que le está llevando hacia una etapa más optimista después de algunos baches que como todo ser humano se encuentra en ciertos momentos de su vida. Todavía tengo en mi cabeza la historia de una profesora, compañera de conservatorio suya, que se cruzó en un momento dado de su vida. Os contaría la historia, pero no sería igual. Debéis ir a verle y a lo mejor tenéis la suerte de que la comparte con vosotros.
Anoche viví uno de esos momentos en tu vida en el que se crea magia en el ambiente. Uno de esas momentos que quieres congelar y vivir de nuevo de vez en cuando a tu antojo. Y lo mejor es que promete volver al mismo lugar a principios del 2016.
No dejéis escapar la oportunidad. Por un rato seréis felices, y eso no tiene precio.