Hacía mucho tiempo que no apuntaba un nuevo hotel en el cuaderno. Hay cada vez más hoteles boutique, caros y baratos, pero hacía mucho tiempo que no encontraba uno en el que me sintiera tan bien como en H15. Me lo recomendó un viejo amigo que siempre me ha descubierto cosas bellas.
Cuando visité Varsovia la última vez el año pasado era una jungla. Hacía calor y había muchísimas obras. Cuando vuelves de patearte las calles sientes que el hotel es como un maravilloso oasis en el centro de la ciudad. Está ubicado en una mansión restaurada del siglo XIX que tiene una historia tan convulsa como la de Varsovia. Albergó la embajada rusa y luego el cuartel general de las tropas alemanas y sobrevivió a los bombardeos de la segunda guerra mundial. Más céntrico imposible, en una zona que me encanta y que tiene algunos de los pocos edificios que perduran de antes de la guerra.
Con una atención exquisita a los mínimos detalles que hace que el hotel sea diferente y te sientas en la gloria. Me recibieron con una carta escrita a mano dándome la bienvenida en español. No os digo más. Ya me dije: “La cosa promete“. Y no me equivoqué.
La habitación tiene un diseño muy chulo. Aunque escogí una estándar, en lugar del típico armario de hotel, tenía un maravilloso vestidor. Lo que más me gustó fue su increíble y enorme baño de mármol blanco.Y puedes escoger el olor de los geles de L´Occitane. Aunque el que había era delicioso. Desde entonces lo ando buscando para comprarlo. Desayunar en su gran patio central es una pasada. También tiene internet en la habitación.
Su restaurante, Signature, ha sido escogido como el mejor restaurante de hotel de Varsovia. No me extraña. Es fantástico.
El precio es inigualable para el estándar del hotel.
Y si vais en familia tiene unos mini apartamentos que son una gozada. Les he echado un ojo para ir la próxima vez con mi familia porque pronto sin duda volveré a este hotel.
Si vais a Varsovia, no busquéis más. Este es EL hotel.
P.d Gracias a la persona que me recomendó este hotel.
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