Me encanta esa sensación de exprimir la vida al máximo. De disfrutar y no desperdiciarla. Tuve esa sensación en cada momento del viaje a Georgia que hice para visitar a una vieja amiga. Se coloca sin duda, en el top 10 de mis mejores viajes.
Dice la leyenda que “cuando Dios estaba repartiendo la tierra entre los pueblos, la gente de Georgia llegó tarde y ya estaba toda repartida. Los georgianos explicaron que llegaban tarde porque habían estado bebiendo y brindado a su salud. Después de escuchar sus explicaciones Dios les dio la tierra que se había reservado para él.” Tal vez la leyenda es verdad ;-), ¿quién sabe?
Destino habitual para rusos y gente de los países del este que la tienen en su radar como un destino turístico habitual desde la época comunista, Georgia es aún una gran desconocida. Pero es un país que ofrece todo lo que un viajero con ansias de conocer puede desear. Y se posiciona cada vez más como un destino muy atrayente para turistas alternativos que quieren salirse de las rutas marcadas a las que va todo el mundo. Ha sido elegida por Lonely Planet como uno de los destinos top 10 del 2018. Cruce de caminos y culturas durante siglos (el Imperio Otomano, Irán, Mongolia y la Unión Soviética son algunos de los que han dejado su huella por allí) combina muchas influencias que le dan una enorme riqueza.
Mis 5 razones razones por las que viajar a Georgia es un “must“:
1. Paisajes
Son bellísimos. En particular sus montañas son uno de los sitios más bellos que yo he visto en mi vida. Y tiene mucho más que ofrecer porque tiene zonas de viñedos, reservas naturales y costa.
Combina lo mejor de muchos mundos. Se come de cine. La oferta de restaurantes es excelente y además es muy barato. Miras la carta y todo te apetece: Khachapuri una especie de “pizza” al estilo de Georgia con queso, pollo en salsa de nueces, sus tradicionales dumplings, platos con champiñones o con granada… Todo es delicioso. Además tiene una larga tradición vinícola y sus vinos fueron un descubrimiento.
3. Arquitectura
Alucinante. Mezcla de nuevo y viejo, este y oeste. Muestra la huella del paso del tiempo y de la historia como si lo estuvieras leyendo en un libro. Castillo, fuertes, iglesias y monasterios ortodoxos aparecen en los lugares más insospechados. La arquitectura de la capital, Tbilisi, es alucinante.
4. Arte y cultura
Hay una buena oferta cultural de opera, teatros (algunas obras en inglés), conciertos y museos. Georgia tiene una gran tradición de músicos, bailarines, dramaturgos e intelectuales. Son muy creativos y empiezan a despuntar en el arte contemporáneo, la fotografía y la moda (el director artístico de Balenciaga es de Georgia). A los artistas del país hay que seguirles la pista. En el viaje tuve la suerte de conocer a una de las más prometedoras fotógrafas del momento Mariam Sitchinava y me fascinó su trabajo. Tengo ahora una foto suya colgada en mi salón.
5. Hospitalidad
Los georgianos son encantadores con un lado un poco “latino” (en realidad son caucásicos), hospitalario y disfrutón que les hace una gran compañía. Les encanta, comer, beber, divertirse y salir. Te sientes muy segura, muy bien recibida y te quieres quedar allí para siempre.
Y además he leído que es uno de los países más seguros del mundo. ¿Qué más se puede pedir?
Georgia te atrapa.