Miley CirusHace tiempo que vendí mi alma a las pop stars de moda y a los cutres de medio pelo. Hace tiempo que decidí que a mí la música no me valía sólo con escucharla; me tendría que estimular también visualmente. Claro, que hace tiempo el panorama musical no tenía tanta carne como la que tiene ahora.

Leo en los periódicos que en el escándalo del celebgate, ese caso en el que famosas de todo el mundo han visto como la intimidad de su iPhone se ha visto violada (por cierto que sospechosamente, el 90% son rubias…), Rihanna (una de las del 10% sobrante) es una de sus máximas protagonistas. De todo ello a mí lo que me preocupa es que la gente se escandalice; juraría que a Rihanna ya la había visto en pelotas en varios vídeos.

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Que el sexo vende es algo que tú y yo sabemos desde hace siglos, pero de vez en cuando creo que los artistas quedan bastante limitados por su exceso de escote y su falta de pudor. Agradezco que Beyonce luzca carne en los vídeos; ella ya  ha demostrado que canta como quiere y puede quedarse absorta en las peleas de ascensor como le venga en gana.

Pero sí que me sonrojo al pensar que nadie se haya parado a escuchar un disco de gente más limitada físicamente. Y escuchando el disco de Miley Cirus, me pregunto si alguien habrá caído en que hay alguna canción salvable (no, no es esa en la que sale en bragas subida en la bola de demolición).

¿Alguien menor de 18 años habrá escuchado a Sabina, James Brown, Janis Joplin o Chavela Vargas?. Claro, que ahora que lo pienso, en materia sexual, para gustos, los colores…

Artista Thurman 

Fotos: 1havalar.com y GQ

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