48 horas en Lisboa

Algunas ciudades te enamoran. Te llaman a volver a ellas. Es difícil saber exactamente por qué. Te gustan las sensaciones que te producen, su atmósfera, su vida.

Una de las ciudades que a mí me enamora es Lisboa. Me enamora ya desde el aire. Me encanta ver la ciudad desde arriba cuando el avión está aterrizando. Y ya cuando salgo del aeropuerto me fascina su luz.

No se debería de visitar Lisboa con prisas. Sería como ir contra su esencia. Hay que tener unos puntos de referencia y dejarse llevar. Descubrir tu propia Lisboa. Cuando uno va por pocos días a una ciudad es difícil acertar porque cuesta filtrar toda la información que hay disponible.

Hoy voy a compartir con vosotros algunos de los sitios que hemos descubierto en el último viaje que hemos hecho a Lisboa con la bloguera gurú de moda.

Nos alojamos en el LX Boutique Hotel, muy, muy agradable. Su ubicación es inmejorable para explorar la ciudad. Está estratégicamente situado cerca del Chiado y la Baixa, enfrente del Tajo. Tiene un diseño muy chulo y el desayuno es riquísimo. Os recomiendo reservar una habitación con vistas al río que son maravillosas (aseguraros de que sea de frente y no de las que dan a la calle lateral).

Cuando voy por pocos días lo que más me gusta es callejear por el Chiado y por Barrio Alto.

Para empezar el día y desayunar hemos descubierto al lado del hotel un sitio que nos encantó: Quinoa, que no suele estar tan frecuentado por los turistas como otros de la zona.

Las tiendas del Chiado son fantásticas para “comprar portugués”. Si hay una que os recomendaría no perderos sería A vida portugesa, que rescata objetos originales de la tradición portuguesa: juguetes, jabones, textiles, de todo…Tiene una tienda pequeñita en el Chiado y han abierto otra maravillosa un poco más lejos.

Otra tienda que me gusta especialmente es la de cerámica Vista Alegre. Es un placer pasearse por ella y ver las bellísimas piezas que tiene.

¿Os apetece un poco de arte?. Pues os recomendamos una parada en el Museo Nacional de Arte Contemporaneo del Chiado. Su exposición permanente de arte portugués es pequeñita pero excelente (nuestro favoritos son los naturalistas) y siempre tiene exposiciones temporales muy interesantes. Y si preferís el arte más clásico, podéis coger el tranvía y hacer una escapadita al Museo de Arte Antigua que es una apuesta segura. No dejéis de sentaros un rato en su fantástico jardín.

Es difícil escoger sólo uno de los innumerables monumentos interesantes de la ciudad, pero por la zona está la Iglesia del Covento de Carmo que es un sitio muy especial.

Y si queréis poneros guapas/os, justo al lado del Convento hemos descubierto Hairstation, la peluquería de Nuno de Souto un peluquero muy conocido en Lisboa (nuestro “Arturo” lisboeta). Son fantásticos. A nosotros nos atendió el otro peluquero. Hace tiempo que no encontrábamos a nadie que cortara tan bien. Sin prisas. Tomándose su tiempo.

Para comer o cenar, un sitio que nos gustó mucho es el Mercado da Ribeira que nos descubrió Begoña, una amiga de la gurú de moda. Tiene una oferta gastronómica variadísima y muy original y si vais con niños su gran espacio es muy cómodo. Allí también podéis probar los típicos helados portugueses de Santini. Son buenísimos.

Y para terminar el día con glamour, una copa en la terraza del Hotel Barrio Alto, con unas vistas inigualables sobre la ciudad.

Por supuesto, es imposible capturar la vida lisboeta en 48h. Aquí os dejos sólo unas pinceladas. El resto os corresponde a vosotros. Espero que nos contéis las cosas 10 que descubráis…